IPC en EEUU sube sobre lo estimado en marzo y analistas ponen en duda si la Fed bajará la tasa en junio
Los precios subieron 0,4% mensual y la medición de inflación anual se aceleró a 3,5%, por sobre lo proyectado por el mercado.
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El Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió 0,4% en marzo en Estados Unidos, informó la Oficina de Estadísticas Laborales este miércoles, en un avance que superó por una décima el consenso de las estimaciones del mercado y que llevó a la inflación anual a acelerarse desde 3,2% en febrero a 3,5%.
“El índice de vivienda aumentó en marzo, al igual que el índice de gasolina. Combinados, estos dos índices contribuyeron con más de la mitad del aumento mensual del índice para todos los rubros”, indicó el reporte.
El IPC subyacente -sin precios de alimentos y energía- aumentó 0,4% en marzo y 3,8% en términos anuales, también una décima sobre las proyecciones del mercado.
Si bien el avance anual de los precios al consumidor se ha moderado desde el máximo de 9,1% alcanzado en junio de 2022, la tendencia desinflacionaria se ha desacelerado en los últimos meses, indicó Reuters.
Tras conocerse la semana pasada un crecimiento del empleo en marzo mayor de lo esperado, así como un descenso de la tasa de desempleo a 3,8%, desde el 3,9% de febrero, algunos economistas han retrasado las expectativas de recorte de tasas hasta julio. Otros siguen creyendo que la Reserva Federal actuará en junio. Una minoría considera que la ventana para los recortes de tipos se está cerrando.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, ha dicho en repetidas ocasiones que el banco central estadounidense no tiene prisa por empezar a bajar los costos de endeudamiento.
¿Sin recortes a junio?
La cifra de este miércoles dejó a los analistas con dudas acerca de si en su próxima reunión de junio la Fed finalmente realizaría un recorte a su tasa de interés, actualmente en el rango de 5,25% y 5,50%.
Desde Bank of America apuntaron en su último informe que los datos de precios “fueron desfavorables” para las implicancias de la política monetaria y el comienzo de cualquier ciclo de flexibilización por parte del banco central estadounidense.
Indicaron que la inflación de la vivienda sigue siendo rígida, mientras que los servicios apuntan a un riesgo de aceleración, lo que, en conjunto a otros indicadores, señalan una persistencia de la inflación en términos más generales y podrían debilitar la confianza de la Fed sobre la rapidez con la que convergerá al 2% de modo sostenible.
No obstante, mantuvieron la perspectiva de un recorte en junio “pero con poca confianza”.
Agregaron que “si bien puede parecer natural trasladar el primer recorte de tipos de junio a septiembre, creemos que los efectos de base desfavorables sobre la inflación en la segunda mitad de este año significan que la Reserva Federal podría verse obligada a retrasar el inicio de cualquier ciclo de flexibilización hasta diciembre de este año o marzo del año que viene”.
El estratega jefe mundial de JPMorgan Asset Management, David Kelly, desestimó un recorte para mediados de año. “Lo que se oyó fue el portazo a una bajada de tipos en junio. Eso ya no existe”, dijo en Bloomberg Television.
En la misma línea, Paul Ashworth, economista jefe para América del Norte de Capital Economics, mencionó que la tercera subida seguida de 0,4% mensual del IPC subyacente “acaba con las esperanzas de una bajada de tasas en junio”.
No obstante, señaló que con un crecimiento moderado de los nuevos arriendos, una moderación del crecimiento de los salarios nominales y una aceleración del crecimiento de la productividad, mantiene su perspectiva de que los fundamentos son coherentes con el retorno de la inflación al objetivo del 2% de forma sostenida.